¿Cuánto dolor y cuanta amargura hay  en tu corazón? No lo sé; sin embargo,  quiero decirte que al igual que tú conocí y sentí el dolor en diferentes etapas. Inmersa en la búsqueda del perdón concluí que Nadie sale más  beneficiado que uno mismo al Perdonar.

Comprendí que EL PERDÓN ES UN REGALO para nosotros mismos, porque ¡su Impacto de Vida es realmente Sanador!

 El acto de Perdonar depende única  y exclusivamente de nuestra voluntad. Su valor es potencialmente  curativo,  ya que está  demostrado tras múltiples estudios médicos que disminuye la ansiedad: la depresión, la ira  y aumenta la autoestima.

Yo sé que muchos de ustedes me estarán diciendo: Paola  pero perdonar no es fácil y quiero decirles que les entiendo perfectamente. Este proceso  requiere de tiempo y ojo que no significa que debas justificar el daño o de pronto que tengas que continuar un tipo de relación con el o la ofensora, solo tienes que realizar un cambio que te haga bien a ti, lo haces por ti, para ti y no por el ofensor.

• El primer ejercicio que nos lleva al camino del Perdón, conociste en descargar todos aquellos sentimientos de enojo y de ira que tienes hacia la persona que te lastimó.  Si por alguna razón te cuesta decírselo directamente por la razón que sea, un bueno método  es  imaginar que tienes a aquella  persona frente a ti. También lo puedes hacer a través de un papel, es decir vamos a escribir  todo lo que sientas por el agresor o agresora, esto te va a  aliviar profundamente porque vas a descargar el dolor y poco a poco vas a ir sanando la herida.

Una  vez termines de escribir puedes quemar el papel   o romperlo.

• Vamos a tratar o al menos intentar perdonar a la persona que te hizo daño. Aunque esa persona jamás te  pida disculpas  o perdón, esto te permitirá  sanar tu paz interior, si no lo haces la única que se lastima eres tú  mientras que el  ofensor  no sufrirá.
• Finalmente, vamos a repetir   diariamente de 10 a 15 veces la siguiente frase de Impacto: “Por mi propia felicidad y paz emocional Te perdono». Recordemos que las  palabras tienen un poder increíblemente sanador,   así que nos vamos a retroalimentar con estas afirmaciones  todos los días.